Hoy era día de estrenar y explorar los juguetes de ayer (los niños), y de desearse más o menos rutinariamente feliz año por los pasillos de la oficina reencontrada (los mayores).
Y un día decisivo para el destino de las "new year resolutions" que se nos han pasado con más o menos fuerza por la cabeza durante los últimos días de balance del año (el natural, que del fiscal ya nos encargamos en horas laborables).
Al final de hoy, ya sabemos si ese propósito, ambicioso o humilde, de leer todas las noches un rato más, de llegar más temprano a casa para jugar al Guitar Hero con los niños, de sacar tiempo para hacer alguna labor voluntaria, de ver más a familia o amigos lejanos, de correr un día más por semana para mejorar en la media maratón, o de hacer algo verdaderamente grande que cambie mi vida este año, tiene alguna posibilidad de cuajar y echar raíces... o si le espera el efímero destino que suelen tener estas ideas de Enero y sus hermanas veraniegas que pueblan luego los arcenes de Septiembre.
"Challenging but achievable", como deben ser los buenos objetivos. Que te cuesten y te hagan mejor (no pain, no gain), pero que se puedan alcanzar y generen satisfacción, que las endorfinas realimentan los buenos hábitos.
Como dice en su blog (el corporativo) uno de mis más preciados "followers" (qué paradoja ésta, cuando soy más bien yo el seguidor suyo), un nuevo año es un libro en blanco, y tenemos la capacidad de decidir qué queremos escribir o dibujar en él. Nosotros, no nadie que nos venga a resolver nada, como escribe hoy mismo en una preciosa entrada el recobrado amigo Keating - qué milagro, el (re)encontrar, prometedora, una amistad larvada durante veinte años -.
Yo este año me he propuesto (surprise, surprise)... regar a menudo este esqueje de blog, aunque sea por goteo, y que no se seque.
Y un día decisivo para el destino de las "new year resolutions" que se nos han pasado con más o menos fuerza por la cabeza durante los últimos días de balance del año (el natural, que del fiscal ya nos encargamos en horas laborables).
Al final de hoy, ya sabemos si ese propósito, ambicioso o humilde, de leer todas las noches un rato más, de llegar más temprano a casa para jugar al Guitar Hero con los niños, de sacar tiempo para hacer alguna labor voluntaria, de ver más a familia o amigos lejanos, de correr un día más por semana para mejorar en la media maratón, o de hacer algo verdaderamente grande que cambie mi vida este año, tiene alguna posibilidad de cuajar y echar raíces... o si le espera el efímero destino que suelen tener estas ideas de Enero y sus hermanas veraniegas que pueblan luego los arcenes de Septiembre.
"Challenging but achievable", como deben ser los buenos objetivos. Que te cuesten y te hagan mejor (no pain, no gain), pero que se puedan alcanzar y generen satisfacción, que las endorfinas realimentan los buenos hábitos.
Como dice en su blog (el corporativo) uno de mis más preciados "followers" (qué paradoja ésta, cuando soy más bien yo el seguidor suyo), un nuevo año es un libro en blanco, y tenemos la capacidad de decidir qué queremos escribir o dibujar en él. Nosotros, no nadie que nos venga a resolver nada, como escribe hoy mismo en una preciosa entrada el recobrado amigo Keating - qué milagro, el (re)encontrar, prometedora, una amistad larvada durante veinte años -.
Yo este año me he propuesto (surprise, surprise)... regar a menudo este esqueje de blog, aunque sea por goteo, y que no se seque.
"Challenging, but achievable", sí, ...with a little help from my friends.
4 comentarios:
Pues sí, yo también me quedo con los PROPÓSITOS, porque implican un compromiso y un esfuerzo personal para cumplirlos...frente a los DESEOS, que suponen quedarse esperando que todo llegue, sin hacer nada más que, como mucho, extender la mano con la palma hacia arriba.
Aún estoy perfilando los míos en un plano más concreto pero, de momento, hay algo que pretendo recordar todas las mañanas como si fuera un hare krishna repitiendo su cansino mantra: mantener el buen humor, especialmente y sobre todo cuando no parezca haber motivos.
Sister, tú sí que sabes: por el foco en la responsabilidad personal, siempre mejor que el mero destino (está claro que no somos luteranos)... y por la importancia del buen humor, que siguiendo el principio de Heisenberg altera (positivamente) lo que se observa, haciendo el mundo un poquito mejor, para nosotros y para los que nos rodean y nos ven la sonrisa (y si es risa, mejor).
Utilizar el año nuevo (o el curso nuevo) para valorar nuestra situación personal y adoptar resoluciones para mejorarla, está bien.
Hacerlo durante todo el año, cualquier día de cualquier semana de cualquier mes, cuando las circunstancias lo aconsejen, mejora mucho el tiempo de respuesta.
En fin, menos mal que vivimos en la Tierra y no en Júpiter...
Point taken.
Esto es como los tiempos de estudiante: algunos encontraban energía para estudiar diariamente y llevaban todo al día desde Septiembre... y otros necesitábamos la motivación extra de la cercanía de Junio para ponernos las pilas.
Peor tiempo de respuesta, sí... pero uno debe conocer sus limitaciones (y sus fortalezas, que alguna habrá).
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