sábado, 11 de agosto de 2018

Martes 7 - el valle de Zuriza y los Alanos

Esta mañana también hemos corrido, esta vez hacia el norte de Isaba, por la carretera que lleva a Belagua. Bastante mejor que hacia Urzainqui, porque es más llana.

Durante el desayuno (en casa, como todos los días) hemos acordado hoy 'trekkear' un poco. Además, yo anoche había visto que Ansó estaba en la ruta de 'los pueblos más bonitos de España', así que hemos decidido entrar de nuevo en Aragón, visitar Ansó y buscar luego una ruta para dar una buena caminata.

Después de comprar lo necesario para la comida montañera (de vuelta a los bocatas, aunque Laura y yo hemos optado por el atún con tomate, en lugar del embutido) hemos tomado la carretera hacia el Este, y pasado por el precioso valle de Zuriza, donde hay un cámping muy interesante (incluso para los que no nos gustan los cámpings)

Allí se gira al Sur por una carretera que sigue el río. Llegados a Ansó nos disponemos, entusiasmados, a confirmar los motivos por los que está en esa exclusiva lista de pueblos de España... pero la verdad es que nos cuesta explicarlo. El pueblo es coqueto, sí, y está cuidado, pero cualquiera de los que hemos visto en Roncal, en Tena o en Cataluña es más vistoso. Lo único es la iglesia con una altura enorme y un aspecto de fortaleza. Allí se firmó el famoso tratado del ' Tributo de las Tres Vacas', aparentemente el tratado más antiguo de Europa entre los pueblos de Bearne (Francia) y los roncaleses, actuando Ansó como árbitro. Una historia peculiar que puedes leer aquí.  

Un poco decepcionados con Ansó, desandamos nuestros pasos buscando un camino que tenga buen aspecto - y al llegar de vuelta a Zuriza nos damos cuenta de que allí hay potencial: un par de cruces de caminos de tierra, bien señalizados, con paneles informativos de las rutas GR11, los destinos, distancias y duraciones (además de la flora y la fauna - muy bien organizados estos aragoneses).

Dejamos el coche, cojo la mochila con las provisiones, y empezamos a subir hacia un plano (llano), que está a unos 3km, lo que nos permitiría comer antes de las cuatro. El camino es pedregoso pero agradable, y a medida que subimos empezamos a valorar el paisaje en el que va emergiendo una imponente cadena de picos rocosos, semejantes a una corona, que ahora de noche de vuelta en casa y con la ayuda de Google y Wikipedia identifico como la sierra de los Alanos. 
Al llegar al final de la pista llega el llano de Tachares y empieza un enorme hayedo (el haya, otro de mis descubrimientos esta semana - qué árbol más hermoso), y a su sombra nos sentamos en la pradera a hacer y comer los bocatas.  
Luego decidimos echar un rato más en subir hacia una choza que vemos en el siguiente collado. Como está en el trazado de la ruta GR-11 aprovechamos para familizarnos con los signos blancos y rojos de estas rutas. 

 
Una vez llegados a la choza, el paisaje se hace tan imponente como Belagua el día anterior. Poseídos por la misma necesidad de capturar, perpetuar y compartir la sensación, sacamos fotos y más fotos. La 'corona' de roca de los Alanos es hipnotizante (no encuentro una palabra mejor para 'mesmerising').




Decidimos volver (más porque queremos llegar a tiempo de volver a Belagua para la puesta de sol, que porque tengamos ninguna gana de abandonar ese lugar, al que me prometo regresar). 

Durante el camino de vuelta, comparto con los chicos mi alegría al ver que disfrutan de caminar por el monte y descubrir paisajes como estos - y nos prometemos intentarlo en Madrid (aunque luego las obligaciones de los fines de semana del curso siempre dificultan estos buenos propósitos veraniegos).

También durante el camino de vuelta empieza a nublarse rápidamente. Para cuando llegamos al apartamento, ya hay truenos y empieza a caer un buen chaparrón (a decir verdad, la primera vez que hemos visto nubes en nueve días en los Pirineos - no podemos quejarnos!).
 



En fin, que después de la ducha y el reposo (amenizado como todas las tardes por el concurso de Arturo Valls y el siguiente de 'Boom!', esta vez con el ruido de fondo de la lluvia sobre Isaba), conseguimos salir para intentar de nuevo pillar la puesta de sol en Belagua.
Nos damos cuenta desde el principio de que no hay muchas posibilidades - de hecho, en las cumbres se ven nubes pegadas. Pero aun así, seguimos ascendiendo ('el mundo es de los perseverantes', me citan los kids, burlones - tanto como con el concepto de 'vacaciones activas').


En la tercera curva Alpe d´Huez, ya con visibilidad limitada, nos encontramos... a cuatro vacas que van subiendo tranquilamente por la calzada.






Como van muy disciplinadamente por el carril derecho, les paso con precaución por el izquierdo, y la vaca líder se queda parada observando (como se puede ver a la derecha) hasta que termino la maniobra.  
Esta habilidad de las vacas para retornar a sus aposentos autónomamente y por la carretera no la habíamos visto nunca.


Al llegar al puerto de Larra-Belagua ya estamos dentro de la nube, y la temperatura ha descendido de 20 a 11 grados. Por supuesto, ni puesta de sol, ni afterglow ni nada que no sea niebla casi helada. Se acabó el verano! Salimos del coche un momento, pero nos volvemos a meter corriendo, helados, después de hacer una foto de raperos - allí no hay nada que coger salvo una neumonía.

Lo cierto es que, al bajar al valle, el color de la tarde es épico, y a petición de Laura nos bajamos para hacer unas fotos, probablemente casi las últimas del tour como tal.




De vuelta en Isaba, esta vez sí que habíamos podido reservar para cenar en Casa Tapia (aunque en el 'segundo turno'), así que mientras esperamos a las diez, subimos a ver la casa de los Colavidas. Les explico a los chicos el contexto, y nos hacemos una foto con cariño para Felipe y familia, y con recuerdos de Silvino y Maruchi, tan entrañables para todos nosotros.




Casa Tapia es tan familiar que uno diría estar cenando en casa (aunque con varias otras mesas de desconocidos alrededor). La carta es simple y básica (aunque si no eres de carne y huevos, lo llevas claro, verdad Laura?). Todo rico rico, y con fundamento. Un buen modo de terminar la visita al Roncal.

Esta noche, además, no podré publicar este post porque mi teléfono ya ha 'dado a luz' (lo deduzco por el tamaño al que ha llegado la batería, que ha deformado el teléfono) y ha decidido tomar la baja por maternidad. No enciende. De modo que dejo esto escrito, a falta de acompañar con las imágenes, una vez consiga recuperar el artefacto (esperemos que no haya ninguna desgracia con las fotos de hoy... porque milagrosamente tengo un backup en iCloud de anteayer!)

Esto va tocando a su fin. Y por un lado cuesta admitirlo... pero por otro, está siendo tan parecido a la felicidad absoluta que no tengo espacio para ningún sentimiento más - ya llegará la nostalgia... y el verano que viene! 

Los kids me dicen que queda mucha península por recorrer - aunque soy un poco escéptico respecto a que sea comparable a lo que hemos visto y vivido esta semana - ojalá me equivoque!

Mañana tenemos viaje largo: 860 kilómetros desde Isaba hasta Vigo donde los chicos continuarán estas vacaciones en Canido - vaya verano llevan los canallas! Desde el Interrail o el campamento del Chelsea, la semana en Asturias, el tour Pirineos, las Rias Baixas... se les debe hacer eterno y aburrido. Qué duro es ser adolescente/joven! 😂          

 

1 comentario:

Unknown dijo...

Me encanta. Todo. Y que sea lo más parecido a la felicidad absoluta, lo creo. Vuestras expresiones no engañan.
Estas últimas jornadas el relato desprende que el equipo se ha transformado: diría que ya nadie tira de nadie. Más bien parece que sois miembros, sin rangos ni jerarquías, de un equipo olímpico entrenando para un objetivo único: seguir disfrutando del milagro de pasarlo tan bien juntos. Quizá sea la altura y la cercanía de las nubes, pero yo diría que estar en el cielo debe ser muy parecido a eso, solo que al anochecer y volver al apartamento, estarían esperando, además de Arturo Valls, todos esos personajes a los que uno lleva dentro y necesita para seguir la fiesta. Y de la que ya no se va a ir nadie. Ni siquiera va a haber que reservar mesa.
Gracias por este maravilloso viaje, chicos, por compartirlo. Ha sido una delicia recordar al veros que pocas cosas más que lo que uno quiere a los suyos se necesitan para vivir.
Un beso fuerte a los Cuatro y que se mejore la parturienta🙋‍♀️🧡🕊