miércoles, 1 de agosto de 2018

Martes 31 - Subiendo hacia Vallter

Hoy hemos conseguido salir a correr un rato... y gracias a ello hemos descubierto el Passeig Maristany, en la parte alta: una urbanización de finales del XIX con algunas de las casas más bonitas que he visto nunca. Una especie de Moraleja de verano (pero con casoplones de comienzos del XX) de la burguesía catalana.

Mañana desde luego lo vemos con más calma!




Hoy, segundo día en Camprodón, hemos decidido ir hacia arriba, hacia las cumbres y la frontera. Y por dos sitios distintos




Nuestro anfitrión local nos recomendó el pueblo de Setcases, de camino hacia la estación de esquí, y allí que nos fuimos.
Subir desde Camprodón cambia el paisaje: el pueblo de Llanars ya tiene varias urbanizaciones de chalecitos de piedra. Y poco después llega Setcases, un pueblecito muy cuidado, con ambiente montañero y pre-esquiador, con molinos aprovechando el agua del Ter, y con muchos paneles informativos para turistas.

De Setcases parten varios senderos, y uno de ellos lleva a la 'Creueta', un mirador desde donde hay una vista estupenda del valle. 


 
 
 

Seguimos subiendo. Camprodón está a 1000 metros de altitud, y Setcases a 1200. Aún hay que subir hasta los 2000 metros a los que está Vallter 2000, la estación de esquí en el nacimiento del Ter, rodeada de picos alpinos y antiguos glaciares.

Ahora en verano hay solamente un puñado de turistas, pero la cafetería está abierta, y como vamos pertrechados de un menú similar al de ayer (esta vez hemos añadido gazpacho, como toque constitucionalista :-)), nos damos un homenaje picnic con las mejores vistas posibles - no se me ocurre un restaurante mejor!   


 

Después del festín, nos damos una vuelta por las pistas verdes y vacías, ocupadas solamente por vacas que siguen una curiosa disciplina cuando una de ellas llama al resto. El escenario inspira costumbres como el salto, o la panorámica doble:




Nos despedimos de Vallter (hopefully el primero de varios escenarios de alta montaña en esta gira), y bajamos de nuevo a Camprodón para subir de nuevo por el valle vecino. El siguiente pueblo es Molló. Su principal interés es la iglesia de Santa Cecilia, un ejemplo más de románico catalán, armónico por fuera e hiper-austero por dentro.



Ya va cundiendo el cansancio (como se ve debajo), de modo que queremos volver a Camprodón... pero antes subimos unos kilómetros para llegar al antiguo paso fronterizo con Francia.  


Tras un descanso reparador, de nuevo viendo el 'Ahora Caigo' de Arturo Valls, y después el 'Boom' con el récord de Valentín y sus colegas ( mientras cae un buen chaparrón veraniego), salimos a dar un paseo por el pueblo y nos sentamos en otra terraza, esta vez en la plaza del doctor Robert, donde está la Societat Casal Camprodoní, y el Gran Hotel Camprodón. El centro neurálgico tradicional del pueblo.
Una estupenda terraza de 'tapes pijes': txupa-txups de queso de cabra, bonbons de sobrasada, patatas enmascaradas con butifarra... qué bien viven en el Ripollés!

No hay comentarios: