miércoles, 15 de agosto de 2018

Fe de erratas - banda sonora

De vuelta en Madrid, y aprovechando el festivo de la Virgen (felicidades, Luis!), me doy cuenta de que la mención en el post del Domingo 5 a la banda sonora del viaje es incompleta, y por tanto injusta.

De modo que aprovecho un rato de piscina urbana en el desierto Madrid, e intento corregir las omisiones, añadiendo a la lista inicial de Rosalía, Travelling Wilburys, Macklemore o Sugarhill Gang.


Para empezar, el gran padrino musical del tour ha sido... Pitbull, no podía ser de otra manera. Ya en la vuelta de Asturias el pasado 28, tuvimos un viaje temático, donde descubrimos que lo que para mí era una de mis 'horteradas secretas', para los chicos es admiración incondicional - de modo que salimos todos del armario mientras pasábamos por el pantano del río Luna de vuelta a Madrid. Ese modo de cantar / rapear / hablar,  con desgana cubana e hiperactividad de Miami, nos gusta a todos - ya sea en Fireball o en cualquiera de sus solicitadísimas colaboraciones con Jennifer López (On The Floor, una actualización de la Lambada, recuerdo para los más maduros), Ricky Martin, Shakira o Enrique Iglesias - Pitbull es una receta infalible para revivir carreras languidecientes de ídolos más o menos latinos.  


El otro (re)descubrimiento, este menos sorprendente y más periódico, fue el de algunas de las bandas sonoras de Disney que vimos y revimos con fruición en los años infantiles, sobre todo de Laura y Nico (Kike no tuvo infancia Disney, pasó directamente a Iron Man sin conocer Teletubbies, Heidi/Marco o Epi y Blas). 

En este caso, fue el formidable paisaje lunar y desolado de Formigal y el Portalet el que llevó a Laura a recordar Hermano Oso, una de nuestras pelis favoritas. Gracias a la inmediatez mágica de Apple Music pudimos revivir primero On My Way, donde brilla mi admirado Phil Collins (que encontró en las bandas sonoras de Disney una tercera etapa en su carrera, tras ser batería de Genesis a la sombra de Peter Gabriel y luego sustituir con éxito al propio Gabriel en la época más exitosa de Genesis). Aunque On My Way no llega a impactarme tanto como You'll Be In My Heart, el tema de Tarzán que por algún motivo 'paternal' asocié al momento en que Laura marchó a Londres. 

Pero volviendo a Hermano Oso, el recuerdo evocado por el paisaje pirenaico correspondía más a la épica de otras dos canciones: hay una más de Phil Collins, 'Welcome To Our Family', aunque la canten los Blind Boys of Alabama, exaltación de la reunión familiar.

Pero el espíritu panteísta de Hermano Oso llega a su cima en 'Espíritus' con su letra tan panteísta y de transición ecológica:

'Espíritus hijos del ayer
dadnos fe y guiadnos
dadnos luz cordura y voluntad
ved que en nuestro mundo todo es unidad
cada criatura vive con dignidad
armonía y hermandad'


Incluso se perdonaba que la voz de Gisela (sí, de la primera Operación Triunfo) no fuera exactamente la misma que la de la gran Tina Turner, a la que desagraviamos con el enlace a la original 'Great Spirits'.

El caso es que para entonces, cantando 'Espíritus' con Laura a voz en grito por El Portalet, ya me costaba conducir porque los ojos se me habían nublado, y tampoco era cuestión de ser de repente un padre 'moderno' y e hipersensible 😂. De modo que, una vez pasado el momento de memorias proustianas (mías y de Laura, incluso Nico tiene vagos recuerdos de la primera infancia, era 2003), paré el coche en Anayet y para aliviar el espíritu nos dimos la caminata que aparece en el post del Domingo 5.



Si hasta me ha costado trabajo escribir esto hoy sin conmoverme...! El poder evocador de la música no tiene límites.


sábado, 11 de agosto de 2018

Miércoles 8 - viaje de regreso y rankings oficiales

Hoy no hay carrera matutina: nos esperan 8 horas de coche y no queremos llegar muy tarde a Vigo con toneladas de ropa para lavar. Así que diana a las 9, el ímprobo esfuerzo de hacer las maletas del modo más presentable posible después de diez días de uso - y conseguimos salir a las once en punto.

Afortunadamente, excepto la primera hora hasta Pamplona, el resto es autovía. Ahora que el objetivo no es el turismo sino el transporte, cuanto más predecible y rápido (aunque sea aburrido), mejor. Pamplona, Vitoria, Burgos, León, Orense, solo las vemos de lejos.



La verdad es que, uniendo este último trayecto al inicial de los cuatro 'arcos' que hemos hecho en este tour para visitar cuatro regiones pirenaicas (post del 29 de Agosto), nos hemos dado un buen recorrido Este - Oeste por la península.

 
El viaje, como todos los regresos, tiene algo de 'anticlimax', que dirían los ingleses, de despedida y final - pero entre sueño y sueño de los kids, las casi ocho horas nos dan para hacer los rankings oficiales del tour, que este año son algo más completos y sofisticados que el pasado:

Primero votamos las regiones, de entre las cuatro que hemos visitado:
  • El valle de Camprodón y sus vecinas La Garrotxa y la Cerdanya, en Girona
  • El valle de Boí, en Lleida
  • El valle de Tena, con Panticosa y alrededores, en Huesca
  • El valle de Roncal en Navarra (con alguna incursión en Aragón)
Votábamos como en Eurovisión: cada uno sus tres regiones preferidas, con 3, 2 y 1 punto respectivamente. Y el criterio (la 'rúbrica', como me han corregido los estudiantes modernos) es 'a cuál de ellos volverías mañana', o 'en cuál te gustaría haber estado más tiempo'.
El resultado es un claro triunfo de Boí, impuslado por la maravilla natural de Aigüestortes. Le siguen Tena y Roncal, y Camprodón queda por detrás, aunque con remordimientos (probablemente si la pregunta hubiera sido 'en cuál preferirías vivir?', Camprodón habría podido ganar).

Después votamos los momentos / lugares concretos que nos llevamos como mejores recuerdos o que nos han impactado más. Aquí votábamos a cinco cada uno (hay muchos), dando 5, 4, 3, 2 o 1 punto.
De modo coherente, el ganador casi unánime ha sido el momento del baño en el Estany Redó de Aigüestortes, que nos impactó profundamente a todos. A partir de ahí, las opiniones se han dividido, de modo que los siguientes clasificados son:
  • Hoz de Jaca con su mirador suspendido y el momento tirolina
  • El trekking en el valle de Zuriza con sus Alanos y su hayedo
  • La caminata hacia Respomuso y el baño en la presa de La Sarra, sobre Panticosa
  • La iglesia de San Climent de Taüll y su video montaje con el Pantocrátor
  • El crepúsculo en el puerto de Larra-Belagua y los miles de ovejas reuniéndose
  • La iglesia de Santa María de Camprodón, y en general el encanto del pueblo

Por último, hemos votado los mejores momentos gastronómicos (el entorno y la comida).
Aquí también ha habido un ganador claro, La Granja en Erill la Vall (Boí), que nos maravilló a todos por el ambiente y por la cocina (sobre todo la 'trama', ese corte de vaca que se deshacía en la boca).
Los siguientes, con más variedad de opiniones, han sido:
  • La terraza de Gel, en Camprodón (con sus chupa-chups de queso fresco y sus patatas enmascaradas con fuet)
  • La terraza de Berchiles, en Tramacastilla junto a Panticosa (con sus hamburguesas de autor)
  • La venta de Juan Pito, en Belagua (sencilla y contundente cocina de montaña)
Estas votaciones, tan fútiles como divertidas, sirven sobre todo para hacer un repaso previo de todos los sitios donde hemos estado, los momentos que hemos vivido, y fijar mejor en la memoria recuerdos que nos acompañarán siempre. Como dice Isabel, la vida se trata de 'fabricar recuerdos', y un viaje como éste es una factoría hiperproductiva, como un invernadero intensivo en una semana.

Además, todos hemos aprendido con Nico las señales y definiciones del código de circulación (quién dijo que Nikix no era un ávido lector), hemos vivido con Laura las tribulaciones de última hora para la renovación del contrato de la casa de Londres, y nos hemos informado con Kike / Quique de las últimas novedades del mercado de fichajes de la Premier League, que se cierra hoy. Ah, y hemos confirmado que Arturo Valls es divertido pero pesado en 'Ahora Caigo' y que el equipo de Los Lobos en 'Boom' llevan ganados millón y medio de euros en un año de programa!

Escribiendo esto en mi habitación de Samil, recién llegado y con el coche ya vacío de kids pero aún lleno de pequeños restos materiales de la expedición (mañana toca aspirarlo), me doy cuenta de que el mejor modo de escribir esta bitácora es en caliente cada noche, cuando aún tengo a flor de piel lo que he pensado y sentido en el día. Y pienso también que dentro de muchos años esto me ayudará a rememorar (e idealmente revivir) estos diez días de felicidad absoluta, de aprendizaje (de) y de enseñanza (a) mis hijos. De risas, de descubrimientos compartidos, de conocimiento mutuo, de convivencia. El amor debe de ser algo así.

Y ahora, a ver cómo superamos esto el verano que viene - qué estrés, esto de las 'vacaciones activas'! 😂

Martes 7 - el valle de Zuriza y los Alanos

Esta mañana también hemos corrido, esta vez hacia el norte de Isaba, por la carretera que lleva a Belagua. Bastante mejor que hacia Urzainqui, porque es más llana.

Durante el desayuno (en casa, como todos los días) hemos acordado hoy 'trekkear' un poco. Además, yo anoche había visto que Ansó estaba en la ruta de 'los pueblos más bonitos de España', así que hemos decidido entrar de nuevo en Aragón, visitar Ansó y buscar luego una ruta para dar una buena caminata.

Después de comprar lo necesario para la comida montañera (de vuelta a los bocatas, aunque Laura y yo hemos optado por el atún con tomate, en lugar del embutido) hemos tomado la carretera hacia el Este, y pasado por el precioso valle de Zuriza, donde hay un cámping muy interesante (incluso para los que no nos gustan los cámpings)

Allí se gira al Sur por una carretera que sigue el río. Llegados a Ansó nos disponemos, entusiasmados, a confirmar los motivos por los que está en esa exclusiva lista de pueblos de España... pero la verdad es que nos cuesta explicarlo. El pueblo es coqueto, sí, y está cuidado, pero cualquiera de los que hemos visto en Roncal, en Tena o en Cataluña es más vistoso. Lo único es la iglesia con una altura enorme y un aspecto de fortaleza. Allí se firmó el famoso tratado del ' Tributo de las Tres Vacas', aparentemente el tratado más antiguo de Europa entre los pueblos de Bearne (Francia) y los roncaleses, actuando Ansó como árbitro. Una historia peculiar que puedes leer aquí.  

Un poco decepcionados con Ansó, desandamos nuestros pasos buscando un camino que tenga buen aspecto - y al llegar de vuelta a Zuriza nos damos cuenta de que allí hay potencial: un par de cruces de caminos de tierra, bien señalizados, con paneles informativos de las rutas GR11, los destinos, distancias y duraciones (además de la flora y la fauna - muy bien organizados estos aragoneses).

Dejamos el coche, cojo la mochila con las provisiones, y empezamos a subir hacia un plano (llano), que está a unos 3km, lo que nos permitiría comer antes de las cuatro. El camino es pedregoso pero agradable, y a medida que subimos empezamos a valorar el paisaje en el que va emergiendo una imponente cadena de picos rocosos, semejantes a una corona, que ahora de noche de vuelta en casa y con la ayuda de Google y Wikipedia identifico como la sierra de los Alanos. 
Al llegar al final de la pista llega el llano de Tachares y empieza un enorme hayedo (el haya, otro de mis descubrimientos esta semana - qué árbol más hermoso), y a su sombra nos sentamos en la pradera a hacer y comer los bocatas.  
Luego decidimos echar un rato más en subir hacia una choza que vemos en el siguiente collado. Como está en el trazado de la ruta GR-11 aprovechamos para familizarnos con los signos blancos y rojos de estas rutas. 

 
Una vez llegados a la choza, el paisaje se hace tan imponente como Belagua el día anterior. Poseídos por la misma necesidad de capturar, perpetuar y compartir la sensación, sacamos fotos y más fotos. La 'corona' de roca de los Alanos es hipnotizante (no encuentro una palabra mejor para 'mesmerising').




Decidimos volver (más porque queremos llegar a tiempo de volver a Belagua para la puesta de sol, que porque tengamos ninguna gana de abandonar ese lugar, al que me prometo regresar). 

Durante el camino de vuelta, comparto con los chicos mi alegría al ver que disfrutan de caminar por el monte y descubrir paisajes como estos - y nos prometemos intentarlo en Madrid (aunque luego las obligaciones de los fines de semana del curso siempre dificultan estos buenos propósitos veraniegos).

También durante el camino de vuelta empieza a nublarse rápidamente. Para cuando llegamos al apartamento, ya hay truenos y empieza a caer un buen chaparrón (a decir verdad, la primera vez que hemos visto nubes en nueve días en los Pirineos - no podemos quejarnos!).
 



En fin, que después de la ducha y el reposo (amenizado como todas las tardes por el concurso de Arturo Valls y el siguiente de 'Boom!', esta vez con el ruido de fondo de la lluvia sobre Isaba), conseguimos salir para intentar de nuevo pillar la puesta de sol en Belagua.
Nos damos cuenta desde el principio de que no hay muchas posibilidades - de hecho, en las cumbres se ven nubes pegadas. Pero aun así, seguimos ascendiendo ('el mundo es de los perseverantes', me citan los kids, burlones - tanto como con el concepto de 'vacaciones activas').


En la tercera curva Alpe d´Huez, ya con visibilidad limitada, nos encontramos... a cuatro vacas que van subiendo tranquilamente por la calzada.






Como van muy disciplinadamente por el carril derecho, les paso con precaución por el izquierdo, y la vaca líder se queda parada observando (como se puede ver a la derecha) hasta que termino la maniobra.  
Esta habilidad de las vacas para retornar a sus aposentos autónomamente y por la carretera no la habíamos visto nunca.


Al llegar al puerto de Larra-Belagua ya estamos dentro de la nube, y la temperatura ha descendido de 20 a 11 grados. Por supuesto, ni puesta de sol, ni afterglow ni nada que no sea niebla casi helada. Se acabó el verano! Salimos del coche un momento, pero nos volvemos a meter corriendo, helados, después de hacer una foto de raperos - allí no hay nada que coger salvo una neumonía.

Lo cierto es que, al bajar al valle, el color de la tarde es épico, y a petición de Laura nos bajamos para hacer unas fotos, probablemente casi las últimas del tour como tal.




De vuelta en Isaba, esta vez sí que habíamos podido reservar para cenar en Casa Tapia (aunque en el 'segundo turno'), así que mientras esperamos a las diez, subimos a ver la casa de los Colavidas. Les explico a los chicos el contexto, y nos hacemos una foto con cariño para Felipe y familia, y con recuerdos de Silvino y Maruchi, tan entrañables para todos nosotros.




Casa Tapia es tan familiar que uno diría estar cenando en casa (aunque con varias otras mesas de desconocidos alrededor). La carta es simple y básica (aunque si no eres de carne y huevos, lo llevas claro, verdad Laura?). Todo rico rico, y con fundamento. Un buen modo de terminar la visita al Roncal.

Esta noche, además, no podré publicar este post porque mi teléfono ya ha 'dado a luz' (lo deduzco por el tamaño al que ha llegado la batería, que ha deformado el teléfono) y ha decidido tomar la baja por maternidad. No enciende. De modo que dejo esto escrito, a falta de acompañar con las imágenes, una vez consiga recuperar el artefacto (esperemos que no haya ninguna desgracia con las fotos de hoy... porque milagrosamente tengo un backup en iCloud de anteayer!)

Esto va tocando a su fin. Y por un lado cuesta admitirlo... pero por otro, está siendo tan parecido a la felicidad absoluta que no tengo espacio para ningún sentimiento más - ya llegará la nostalgia... y el verano que viene! 

Los kids me dicen que queda mucha península por recorrer - aunque soy un poco escéptico respecto a que sea comparable a lo que hemos visto y vivido esta semana - ojalá me equivoque!

Mañana tenemos viaje largo: 860 kilómetros desde Isaba hasta Vigo donde los chicos continuarán estas vacaciones en Canido - vaya verano llevan los canallas! Desde el Interrail o el campamento del Chelsea, la semana en Asturias, el tour Pirineos, las Rias Baixas... se les debe hacer eterno y aburrido. Qué duro es ser adolescente/joven! 😂          

 

miércoles, 8 de agosto de 2018

Aviso a lectores - últimos posts no publicados (aún)

Mi teléfono móvil, que empezó a dar señales de embarazo (batería hinchada) ya el primer día de Camprodón, dijo basta el martes por la tarde tras regresar del valle de Zuriza.

Eso me impide por el momento cargar las fotos de ese día. He escrito el texto, pero lo publicaré cuando pueda incorporar las fotos (el móvil me lo están arreglando en Vigo en este momento).

La buena noticia es que el teléfono ha aguantado hasta prácticamente el final del viaje (un milagro, teniendo en cuenta su estado), y eso me permite tener como recuerdo todas las fotos que he publicado (y muchas otras)

Mañana más, espero

martes, 7 de agosto de 2018

Lunes 6 - Por la muga de Belagua

La sesión de blog de anoche (sobre el valle de Tena) acabó más allá de las tres y media de la madrugada. Además, ya no estoy acostumbrado a las coca-colas con cafeína reparadoras... de modo que me costó dormir, y como consecuencia, he amanecido más tarde de lo habitual.
Aun así, Laura y yo hemos salido a correr por la carretera hacia Urzainqui, el único recorrido más o menos llano que nos habían recomendado tanto Isabel como nuestra recepcionista Nazaré.

Y la verdad es que el recorrido está bien... aunque con este ferragosto que disfrutamos, a las once de la mañana ya hace demasiado calor. Así que al terminar hemos ido derechos al súper a por litros de Aquarius antes de despertar a los chicos (que ni sienten ni padecen hasta casi mediodía).


Una vez preparados hemos tomado rumbo al norte, hacia la muga (frontera) con Francia. Allí recordaba alguno de los paisajes más impresionantes... y allí siguen. La carretera es primero recta atravesando el llano valle de Belagua, una extensión plana con hayas y robles, pero luego empieza a subir con una docena de tremendas curvas de 180º (o eran 360? 😂) tipo Alpe d'Huez, los árboles desaparecen, y de nuevo aparece el paisaje alpino, verde suave y roca agreste, como en Formigal.

Paramos primero en el refugio de Belagua, donde echamos un rato compitiendo por buscar nombres en la foto de la cordillera: pico de los Tres Reyes, Auñamendi, Zuriza, Ezkaurre, Uzmendi... y sus correspondencias en francés.


Además junto al refugio había un 'grupo mixto' de vacas y caballos, irresistible para estos tres:  



 Pero fue al llegar al puerto de Larra - Belagua, siguiendo la línea de la frontera, donde el paisaje se hace más imponente. Parece un enorme anfiteatro verde, que nos gustó tanto que hemos repetido por la tarde (y probablemente mañana para intentar ver el crepúsculo - se ha convertido rápidamente en uno de los candidatos al Top de Pirineos '18) 
 
Al iniciar la vuelta, ya sobre las tres, paramos a comer en la Venta de Juan Pito, un clásico y recomendación clara de Isabel y Felipe. El sitio es encantador: casona de montaña de más de cien años, el personal más amable que se pueda imaginar, estupenda comida casera y precios irrisorios - no es de extrañar que estuviera hasta arriba de gente! Te dan un número como el de la pescadería para esperar mesa, pero una vez que has conseguido sentarte, todo va fluido y agradable. Migas, piquillos, huevos con txistorra, queso de Roncal... el local lleno de ´grupos de jóvenes montañeros y familias mayores, un ambiente estupendo. 

 

Volvemos a casa a reposar un rato, que yo aprovecho para el post de ayer (ya casi estoy al día!). Además, aunque sea difícil de creer en estas tierras, hasta que no baja el sol hace demasiado calor.
Cuando nos volvemos a poner en marcha, decidimos improvisar y tomamos la carretera al Este, hacia Ansó, que es el pueblo más occidental de Aragón. Estamos buscando altura para poder ver una puesta de Sol en condiciones, pero esa carretera va bastante baja entre bosques, y tras dar un pequeño paseo en territorio aragonés, volvemos sobre nuestros pasos y buscamos un valor seguro: Larra - Belagua de nuevo.

 

Para cuando llegamos arriba de nuevo, el sol ya hace tiempo que se ha escondido, pero hay un milagro de luz (de 'afterglow' que dirían mis amados Genesis). Abajo en el valle hay cientos (parecen miles) de ovejas con sus cencerros, y ese, junto con el viento, es el único sonido. Todo es violeta, azul y verde. La paz es absoluta.



Intento varias fotos, panorámicas o vídeo, pero no hay modo de reflejar la sensación que nos invade. Tenemos que volver. Mañana, el año próximo.

N.B. Junto con la bajada del Estany Redó en Aigüestortes, estos son los sitios que me despiertan el recuerdo de aquel programa de televisión de los ochenta, Últimas Preguntas creo que se llamaba, que abría con un paisaje así mientras sonaba el paso del tercer al cuarto movimiento de la primera sinfonía de Brahms. Nunca lo he olvidado. Para mí era la prueba de la armonía de la Creación (divina y humana) - (por cierto, acabo de volver a ver esa cabecera en YouTube y la verdad es que no aguanta el paso del tiempo: es menos sublime y más cutre de lo que yo recordaba, pero eso es lo que hace la memoria, embellece los recuerdos - y mi argumento lo mantengo igual 😏)  


Pero con toda esta levitación espiritual, se nos ha ido el santo al cielo con la hora, y para cuando llegamos de vuelta a Isaba, ya no hay manera de coger mesa en Tapia, y en nuestro hotel ya han cerrado la cocina.

Una llamada de emergencia a Isabel nos da la pista del Hostal Lola, un recoleto hotelito, más urbano que rural, donde tienen un comedor muy formal lleno con los huéspedes, y donde nos tomamos cada uno un medio menú (con postres acertadamente escogidos por Nico, que cada vez come mejor) y con eso nos podemos retirar a nuestro apartamento.

Mañana es nuestro último día en Isaba y en el Pirineo, antes de cruzar la península hacia las Rías Baixas. Hay que aprovecharlo!

lunes, 6 de agosto de 2018

Domingo 5 - Del valle de Tena al del Roncal

Hoy nos espera Isaba en el valle navarro de Roncal. Pero se nos hacía corto irnos ya de Panticosa, así que decidimos estirar la mañana, y cuando dejamos la casa (esto del apartamento es como Cenicienta, pero a las doce del mediodía), enfilamos valle arriba hacia Formigal.

A medida que subes, van desapareciendo los bosques y empiezan a aparecer los paisajes alpinos pelados que hemos descubierto en las tardes de Tour o de Vuelta. Pasado Formigal se cruza la frontera y se llega al Portalet, también legendario para el ciclismo. Allí puedes ver a decenas de excursionistas atravesando los muchos senderos en unos picos que probablemente se pasan la mayor parte del año cubiertos de blanco, pero que ahora lucen una mezcla de roca lunar y pradera verde que bajo el sol es inigualable.

Dejamos el coche en Anayet, una de las estaciones satélites de Formigal, y caminamos hacia la estación y los remontes, a un par de kilómetros. La ola de calor que está disfrutando toda España no hace excepción aquí, y los 34 grados a esta altitud golpean hoy sobre todo a Kike, que saca fuerzas de flaqueza y continúa su pretemporada futbolística en altura.



 

 

Tras volver al coche, sólo un par de fantas y cocacolas (que luego tomarán su venganza por la noche sobre el cincuentón) consiguen hacernos remontar. Y con ello damos por terminado el descubrimiento del estupendo y deportivo Valle de Tena, y seguimos nuestra ruta pirenaica en dirección este hacia Navarra.

Aunque antes... nos damos cuenta de que no hemos cumplido con la tradición del salto (fallo imperdonable, dados los escenarios anteriores) e intentamos compensarlo regresando a Hoz de Jaca donde la tirolina. No es lo mismo, pero es un tick in the box, sobre todo añadiendo una vista desde la presa.


De camino podemos comprobar de nuevo que no es fácil ('no es trivial', como me imitarían los kids) que te den de comer por esta región a partir de las tres de la tarde, y menos en domingo. Pero finalmente encontramos un restaurante compasivo (que además, para compensar los 36 grados del exterior, tiene el aire acondicionado a temperatura polar) donde reponemos fuerzas, algunos todavía con dieta blanda.


Afortunadamente, el camino es menos largo que en etapas anteriores, y en menos de dos horas llegamos a Isaba, pueblo entrañable para toda la familia a través de Isabel y de nuestro querido Felipe (es decir, que aquí también tenemos consejos expertos!).

El apartamento está en un complejo que tiene la mejor recepcionista que he conocido en cualquier hotel del mundo (Nazaré, con acento de su Mérida natal), y tiene una piscina cubierta... pero que tampoco tiene Wifi - las telecomunicaciones son la gran cruz de este viaje, así es la vida 😞. 

Una vez instalados, nos damos un paseo por Isaba, donde recordamos que, viniendo de Madrid, estamos mal acostumbrados como consumidores: los supermercados no abren en domingo, de modo que no podremos reponer provisiones para cenar en casa. Never mind, pedimos consejo a Isabel, que enseguida nos dice 'Casa Tapia'!... justo cuando estábamos pasando por el sitio de la foto:
Serendipia!
Pero como es temprano para cenar (y además hemos comido tarde, comme d'habitude), cogemos el coche de nuevo y nos vamos a recorrer el valle. Llegamos a Ochagavía, el pueblo que yo más recordaba de la zona, con un estupendo 'paseo marítimo' a lo largo del río.



En una maravillosa terraza junto al río aprendemos que la costumbre de la zona es no servir en la terraza, y acabamos encontrando una mesa en la plaza del pueblo, donde descubrimos otra costumbre aún más curiosa: los camareros te sirven lo que pides en la terraza, siempre que lo hayas pedido previamente en la barra (un curioso caso de eficiencia operativa de procesos - si ya salen para servir, qué les costaría tomar la comanda?). El caso es que cenamos muy bien y muy barato, una constante de este valle.

El camino de vuelta, ya de noche, son veinte minutos de curvas oscuras en una carretera muy bien pintada y señalizada, un placer de conducir, que nos sirve para conjurar a Slender y demás personajes de terror que se te pueden aparecer en un paraje solitario.

Por cierto, el Top 10 de la banda sonora del viaje es un curioso mix entre Rosalía (el flamenco-trap descubrimiento de Laura), los Traveling Wilburys (mi redescubrimiento de carretera), Macklemore (un tremendo drama rapero racial sobre unas zapatillas Nike) y, pásmate, la combinación del original 'Good Times' de Chic y su secuela 'Rapper's Delight' de Sugarhill Gang, favorito de nuestra adolescencia ochentera y que los kids no se creían que fuera el origen seminal del rap moderno. Y no nos olvidamos de los dos Top del año pasado, Portugal '17: 'Miracles (someone special)' de Coldplay y 'Wild Thoughts' de nuestro admirado DJ Khaled con Rihanna.
Así es nuestro repertorio rutero. Apple Music es lo que tiene - lo que quieras! 

Viernes 3 y Sábado 4 - El valle del deporte (Panticosa)

Después del atracón de naturaleza de ayer, hoy toca cambiar de base, y hasta de comunidad autónoma (aún no de país). Así que hacemos el equipaje y nos despedimos del hotel L'Aüt... pero todavía no de Erill la Vall, porque aún no habíamos visitado su Iglesia, ni el Centro de Interpretación del Románico.

Este centro es un bienintencionado esfuerzo de describir la época en la que los poderes feudales y eclesiásticos decidieron edificar estos templos reclutando maestros de obra en Lombardía tras un viaje a Roma. Pero solamente tiene un par de videos y resulta un poco limitado.

En cambio la iglesia de Santa Eulalia, aunque no llega al nivel mítico de Sant Climent, tiene su atractivo; no solamente por el edificio en sí (sobre todo el campanario), sino porque en el coro tiene una modesta exposición de retablos muy bien explicados.


 
 
 

Luego visitamos la iglesia de Sant Joan en Boí (el abono que sacamos era para tres iglesias y el Centro - y la pela es la pela!), también con campanario alto y orgulloso, y una buena exposición interior.



Y una vez saciada la sed cultural y espiritual, salimos finalmente hacia la comunidad de Aragón y el valle de Tena. El viaje no fue tan largo y tortuoso como el que nos llevó a Boí, pero también se llevó sus casi tres horas.
Llegamos al apartamento de El Pueyo de Jaca (un pueblito satélite de Panticosa) a las tres de la tarde, muertos de hambre. Dejamos las cosas y salimos a por alguno de los 'dos restaurantes a 40 metros' que nos indicó el espabilado hombre de la Recepción. Y en ambos pudimos confirmar que en estas regiones no dan de comer a las tres y media - es más, te miran como si vinieras de otro planeta.


Menos mal que para esta etapa teníamos un comodín: la valiosa ayuda de Elena y Quino, amigos que tienen casa en Panticosa, y que nos dieron todas las pistas necesarias por Whatsapp. Ante la emergencia alimenticia, enseguida nos dirigieron a Tramacastilla, el 'pueblo de restaurantes' de la zona, y específicamente a Berchiles, un sitio estupendo donde nos pusimos las botas con hamburguesas y ensaladas deliciosas en una terraza muy agradable como podeis ver.

Después de establecernos en el piso y hacer un poco de compra, decidimos aprovechar la segunda pista de nuestros cicerones remotos: la 'tirolina extreme' (el nombre ya se las trae) en Hoz de Jaca . Yo obviamente nunca he sido mucho de actividades extreme, pero uno no rechaza un consejo tan entusiasta.

Como se me murió el móvil en ese rato (nuestros problemas con Apple en este viaje llenarían un foro de usuarios de iPhone), os pongo una foto de otros atrevidos anónimos: baste decir que son 45 segundos, 1 kilómetro, de vértigo, velocidad y adrenalina... sobre todo al final cuando ves que llegas a una velocidad enorme y no ves mecanismo alguno que pueda evitar el choque fatal... Laura y Nico, que habían bajado ya, aún se ríen de mi gesto de pánico en ese final, y aseguran que gritaba '¡uy - uy!' antes del impacto con los muelles que te frenan sin problema ninguno.

Pasado el susto y la excitación que te hace hablar de él durante una hora, cenamos en casa para bajar el ritmo .


A la mañana siguiente volvimos a hacer uso de los consejos expertos, esta vez para correr Laura y yo por el camino que sube a Lanuza. Las vistas del embalse de Búbal y los picos que lo rodean son espectaculares. 




Una vez puestos en marcha los dos bellos durmientes (si les dejas solos, son capaces de dormir hasta las doce un día tras otro), hicimos uso del cuarto comodín: subir hasta más allá del embalse de Lanuza, la presa de la Sarra, y subir por el camino que lleva al refugio de Respomuso.

Como empezamos tarde (cuando nosotros subíamos, la mayoría de caminantes ya bajaba por el calor) ascendimos un rato, y vimos algunas cascadas fantásticas antes de bajar a darnos un baño en La Sarra. Allí comimos nuestros consabidos bocatas (y probablemente allí se gestó la gastroenteritis de los días siguientes).
 
Volvimos al apartamento para un rato de siesta tardía, y después nos dimos un paseo por Panticosa. El pueblo, y el valle entero, tiene un carácter especial: no lo pueblan tranquilos veraneantes jubilados como en Camprodón, ni turistas amantes del románico como en Boí, sino deportistas - en su mayoría parejas jóvenes con hijos pequeños, que marchan todos con las bicis, los bastones, las botas de trekking, las piraguas, los esquís en invierno, las tablas de padel surf, los parapentes, o cualquier otro accesorio que les permita hacer esfuerzo en la naturaleza, a ser posible de riesgo. Es un colectivo curiosamente homogéneo.

Para cenar queríamos explorar alguna otras sugerencia... pero ya es sábado 4 de Agosto, y hoy han llegado todos los veraneantes madrileños que faltaban - los sitios están petados y al final nos tenemos que 'sacrificar' (!!) y repetir en Berchiles. Eso sí, esta vez yo ya me tomo un sandwich mixto y agua con gas, porque la mezcla de fuet, gazpacho y agua de arroyo ha producido efectos letales en mi sistema digestivo. Me acuesto con escalofríos y sin intentar siquiera escribir un poco de este blog... menos mal que dormí como un tronco y me desperté ya casi recuperado! Pero eso lo escribiré mañana.