Salimos a las once de Canido. Nublado pero agradable. Un par de horas por la A-9 pasando por Santiago y Coruña, muchos molinos en los montes de Lugo bajando hacia la costa.
En Foz, un par de intentos hasta dar con la carretera correcta, y llegamos al Spa Mundo Buda. El nombre refleja muy bien el interior: velas, ambiente zen, figuras de Buda en todas partes. La pregunta es, ¿cómo es que has reservado este sitio, papá?
La habitación cuádruple es grande, con una peculiar mezcla de decoración budista y máquinas de gimnasio.
Ah, la cama principal tiene una plataforma como base con la que te tropiezas una y otra vez. Eso sí, muy buenas vistas hacia la costa
Comemos unas hamburguesas (mal comienzo) en el puerto de Foz. Buen ambiente en la plaza, un parque con pavos reales. De vuelta hacia el hotel, damos una vuelta por la costa, y hay un paseo marítimo precioso (curiosamente, me recuerda a Half Moon Bay, 8 años atrás en este blog).
Exploramos y encontramos un par de playas estupendas para pasar la tarde - la playa de Llás es como Aldán pero en mar abierto. El agua está bien fría (se nota por las dudas al entrar, no?). Después, la tentación de echar unos tiros se impone. Detrás había un estupendo partido de voley playa, nivel olímpico. La playa es grande, tranquila, y muy bonita.
Y al volver al hotel... tenemos que probar el spa, claro!. Primero nos equipamos con el albornoz y el gorrito que nos han dado en recepción - obsérvese el Buda en la pared, de ahí el gesto de meditación. El spa es... un spa. Divertido un rato
Sabemos que la playa de As Catedrais tiene control de acceso, y que no tiene plazas libres hasta dentro de una semana... pero nos animamos a acercarnos para verla aunque sea de lejos. Pues esa será la primera confirmación del clásico 'never give up': al llegar, cayendo la tarde con marea baja, vemos que no hay control ninguno... y el sitio es sobrecogedor (incluso lleno de visitantes). Primera panorámica...y primer salto
Se nos hace de noche en la playa, pero se hace difícil marcharse y dejar de ver ese espectáculo, sobre todo cuando sale la luna. Cuando se ven estos paisajes en los anuncios de la Vuelta, uno no se imagina la impresión de estar ahí
Cuando conseguimos movernos, volvemos a Foz y cenamos en el pueblo. Al volver al Spa Mundo Buda (sí, vaya nombrecito), pienso que para un primer día no ha estado nada mal. Después de darnos unos cuantos golpes con la base de la cama budista, caemos renndidos en esa habitación mezcla de colores pop, figuras de Buda y aparatos de fitness.
Esto empieza bien.
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