La fundación Delancey Street es la principal organización sin ánimo de lucro dedicada en Estados Unidos a la rehabilitación y reinserción de personas que han "tocado fondo": principalmente presos, drogadictos y sin techo.
En San Francisco ocupan una manzana junto al muelle (sí, el mismísimo "dock of the Bay" de Otis, ya lo veis en la foto), un triángulo de casitas aparentemente de clase media y arquitectura mediterránea, que ocultan quinientas historias de redención personal.
En el café-librería de la fundación, algunos de sus residentes nos cuentan, delante de un té con pastas, las terribles historias personales que apuntaban hacia la autodestrucción (drogas, alcoholismo, prostitución, robo... incluso algo más: probablemente hayas debido matar a alguien para que te condenen a más de veinte años, ¿no?) , y cómo en la fundación habían inicialmente recobrado algo de autoestima, haciendo tareas básicas (barrer, fregar platos) que les permiten pensar que pueden recuperar un lugar en la sociedad. La encargada de la librería lloraba (de emoción, y seguramente también de orgullo) al contarnos cómo está consiguiendo remontar desde la marginalidad y la autodestrucción hacia la deseada "normalidad".
Luego, una de las fundadoras y miembro del Comité Ejecutivo, nos describe algunos de los principios de la fundación.
- Los candidatos a ser residentes (muchas veces como alternativa a la cárcel - tienen un acuerdo con el Estado de California) pasan varias entrevistas y son rigurosamente seleccionados por su voluntad de recuperarse (las solicitudes exceden varias veces la capacidad). La cita me encantó: "somos tan rigurosos como Harvard, sólo que en lugar de coger al mejor 2% de los candidatos, nosotros aceptamos al 2% de abajo".
- Una vez aceptados, hacen un compromiso por dos años mínimo. En el primero, no tienen ningún contacto ni con su familia ni con nadie de su mundo anterior.
- Todo se basa en el aprendizaje: inicialmente de aspectos básicos como el lenguaje, o el vestir (es la única visita de toda la semana en la que TODOS los 500 residentes llevaban traje y corbata!), que les ayuden a recuperar autoestima, y luego habilidades básicas que puedan servirles para encontrar un empleo.
- El lema es "each one teach one": a medida que uno va trabajando y aprendiendo, puede ir teniendo a su cargo y enseñando a otros residentes más novatos.
- Al final de su compromiso, los "graduados" pueden escoger buscar un empleo`para volver a la sociedad, o quedarse un tiempo más para fortalecer sus habilidades
- El principio fundamental del residente: "aquí aprendemos a sentirnos responsables (accountable) de nuestra vida, sin culpar a nadie más". "Sabemos que importa si lo hecemos peor o mejor". ¿No os suena de algunas de las compañías de élite de días anteriores?
- Y el principio fundamental de la Fundación: " nosotros creemos y confiamos en las personas" (otra cita casi literal, esta vez de Google). La inmensa mayoría responde extraordinariamente a esa confianza... y el que no, sabe que no puede seguir allí.
En la foto, una reunión de "antiguos alumnos". Sus historias personales (la de caída y la de su recuperación) podeis verlas más claras en http://www.delanceystreetfoundation.org
Finalmente, la visita al comedor (donde todos cenan a la misma hora, "en familia", trajeados y hablando cada día con un grupo ditinto) y a las salas de actividades, terminan de darnos la llamada de atención: tan alejados aparentemente de las super-corporaciones anteriores, esta organización "recuperadora de personas" se basa también en una visión y liderazgo claros (la fundadora, Mimi Silbert es una institución en USA, y todos los residentes hablan con reverencia de ella), una cultura fuerte soportada por valores y disciplinas, y sobre todo una clara alineación de cada persona con esa cultura.
En fin, que hay organizaciones donde el valor no se mide por la capitalización en Bolsa, y los beneficios son más intangibles que el cashflow...y que aun así, se gestionan con criterios y disciplina similares.
Obvio, sí, pero a veces fácil de olvidar, y viene bien que te lo recuerden antes de digerir del todo esta experiencia.