lunes, 2 de febrero de 2009

Elogio del Power Point

En el mundo laboral sólo hay un concepto tan vilipendiado como la reunión: el uso del Power Point y su producto básico, la "transparencia" (interesante nombre - ayer, en plena limpieza de trastero, tropecé con un par de transparencias genuinas, en acetato, de las que se proyctaban en esos mamotretos: las guardé como si fueran reliquias prehistóricas, no se lo digáis a mi santa). También la llamamos "slide", que es asimismo uno de esos nombres del pasado que trasciende su vida útil (¿os habéis preguntado qué piensa un niño cuando se habla de "tirar de la cadena", si solamente han visto botones que se pulsan?)

Pues bien, yo quiero hacer una apasionada defensa de la transparencia. De la buena, se entiende, porque también la hay mala, como el colesterol. Las hay que son sencillamente documentos de texto girados 90º hasta quedar apaisados (he visto algunos cargos oficiales, especialmente autonómicos, leer decenas de ellas en eventos públicos con total desfachatez). Las hay bienintencionadas listas de "bullets", un esfuerzo por alejarse un poco de la prosa (por cierto, lo de bullet me ha recordado al bisabuelo del Power Point, el entrañable Harvard Graphics donde esos puntos se llamaban, misteriosamente, "bolos").

Pero la buena transparencia es otra cosa: es un destilado visual que hace inteligible la complejidad del proceso de pensamiento. Un socio inglés de McKinsey con quien trabajé hace un par de años me decía que al entrar en la firma les hacían exámenes de "conceptual thinking": la capacidad de abstraer conceptos generales de evidencias anecdóticas, y de plasmarlas visualmente de un modo auto-explicativo. Y esa disciplina se les nota, porque siguen siendo maestros en la transparencia (aunque no en el Powerpoint - me sorprendió saber que pintan la slide a mano, la envían por fax a la India, y a la mañana siguiente la tienen preparada en ppt).

Precisamente de la web de McKinsey me ha hecho llegar un buen amigo de este blog una interesantísima entrevista con Hal Varian, profesor de Berkeley y economista jefe de Google. Es uno de esos profesores americanos que tienen un don para explicar las cosas con claridad, y para soltar frases que se te quedan pegadas (una para otro día: "en la economía de Internet el recurso escaso es la atención").

La entrevista no tiene desperdicio, y se extiende sobre los cambios que la web supone para el mundo del trabajo. Podéis leerla (y mejor aún, ver el video - el tipo tiene un curioso parecido con Bill Gates!) en http://www.mckinseyquarterly.com/Hal_Varian_on_how_the_Web_challenges_managers_2286
Hay algo interesante relacionado con lo anterior sobre el Powerpoint y el pensamiento conceptual: Varian defiende que el trabajo chulo ("sexy") de la próxima década será el del estadístico (horror - y yo que al final de curso, que era cuando tocaba la Estadística en el temario de matemáticas, ya no prestaba atención!).
Cuando elabora el argumento, no es tanto la estadística "per se", sino la capacidad de acceder a los datos, procesarlos, comprenderlos, obtener patrones... y visualizarlos para comunicarlos, y para tomar decisiones basadas en ellos.

El argumento de Varian es que, así como antes el directivo dependía de que una horda de informáticos y analistas extrajesen (e interpretasen) esa información, las herramientas actuales permiten a los managers interesados y capaces ser casi autosuficientes en la toma de decisiones de su día a día. Un reto para todos los que queremos guiarnos por KPIs (a muchos os resultará dolorosamente familiar esta obsesión ;-) en lugar de percepciones, por hechos y datos en lugar de opiniones personales.


Al final, la capacidad de sintetizar la compleja y multifacética realidad en un proceso visualmente simple, sobrio y atractivo a la vista, es una habilidad que marca la diferencia entre un manager bueno y uno excelente.

Y esta síntesis requiere tiempo - una de mis citas favoritas es el clásico de Churchill (aunque queriendo confirmarla la he visto atribuida a Mark Twain): "les traigo un discurso de tres horas porque no he tenido tiempo de preparar uno de tres minutos".


Lo cual me lleva a terminar admitiendo mi reincidente fracaso personal: día tras día me propongo escribir entradas cortitas, desnudas de ornamentos innecesarios, destilados austeros y valiosos... bueno, pues ahí estamos de nuevo: otro ladrillo de dos páginas.

En fin: haz lo que digo, no lo que hago... a dormir, que hay que empezar la semana a tope de reservas de REM!

2 comentarios:

spj dijo...

Francamente, con todo lo que te gustan los términos anglosajones, he echado de menos uno en esta entrada: "data mining"...

Por lo demás, la referencia al trabajo "sexy" de la próxima década a mí me parece que es el trabajo "sexy" de toda la vida: ser capaz de discernir el grano de la paja es una virtud notable, que me parece que siempre ha sido y será muy bien valorada, vivamos las circunstancias que vivamos.

Aunque reconozco que con el exceso de información actual esa característica se convierte en mucho más interesante (y más difícil de encontrar). No hay tiempo material para manejar la enorme cantidad de datos disponibles. Lo que obliga, para empezar, a discernir entre las fuentes de datos que se van a utilizar para realizar el análisis de los datos que necesitamos realizar.

Lo dicho, que saber elegir siempre es lo más importante para cualquier actividad, sea "sexy" o no...

L&K

Justo dijo...

Guais este post por dos motivos:
Por adhesión al elogio propuesto y porque "me suenan" las fotos :-)

Por darle un enfoque extra al asunto, yo creo que una presentación (con su ppt correspondiente) para un manager es similar a una gala para un cantante de ópera: la oportunidad de convencer.

Y en muchos casos su elaboración y preparación lleva inherente la ansiedad del posible éxito o fracaso ... en ese empeño ...en esa gala ... y con ese público ...

Justo